Nuestra Alma

Estimados amigos:

Con preocupación veo que nuestra sociedad se está desviando hacia un camino autodestructivo que genera amarguras e infelicidad.

Lamento ver a diario noticias que hablan de ataques a pilares que son fundamentales en una sociedad, esto en contradicción con defender o separar lo bueno de lo malo.

Es importante considerar que para que una sociedad funcione en armonía y sea capaz de desarrollarse, ésta debe estar construída con muchos eslabones, cada uno fundamentales para mantenerla útil al propósito fundamental de ella. Es por esta razón que todos estos eslabones son importantes y cuando hablamos de una sociedad, ellos son: los trabajadores, los empresarios, el gobierno, las instituciones religiosas, la justicia, la policía, las isapres, las afp's, por nombrar a algunas.

No podemos concebir una sociedad con la ausencia de algunos de estos eslabones. Somos todos necesarios y cada uno cumplimos un rol. Lo lamentable de observar es que al parecer estamos más empeñados en hacer desaparecer o despretigiar o humillar a algunos de estos eslabones ante la aparición de óxidos y corrosión y no empeñados en recubrir, mejorar o reforzar estos eslabones.

Todos los días escuchamos la queja institucional y la generalización. Los empresarios son unos explotadores, las isapres son ladrones de cuello blanco, el gobierno es entero corrupto, los trabajadores son negligentes. La único que se conseguirá con este tipo de crítica es extingir estos eslabones y poner a nuestra sociedad en un desequilibrio por la falta de uno de ellos en esta cadena social y una cadena no es más fuerte que el más débil de sus eslabones.

Chile merece más y merece una nueva visión, una visión transversal que sea capaz de identificar los problemas, solucionarlos y mejorar la condición de cada uno de los actores que son relevantes para nuestra sociedad. Debemos tener claro que hay empresarios malos, abusivos y explotadores, pero también hay empresarios ejemplares y que nuestro rol y deber es elevar al empresariado a un nivel de excelencia y no destruirlo por la corrosión que existe. Existen parlamentarios, personeros de gobierno y empleados públicos que no están a la altura de su cargo, pero también existen personas abnegadas que se entregan por entero al servicio público. De ellos hay que sacar ejemplos para exigirle a ese eslabón más. No sacamos nada con intentar extinguir a la clase política.

Cambiemos nuestra óptica, el eje no bisecta lo público de lo privado, ni a los empresarios de los trabajadores, ni a las isapres de Fonasa, ni a la izquierda de la derecha. El eje bisecta lo buen de lo malo, lo que nos desprestigia de lo que nos hace crecer. Si no somos capaces de encontrar lo bueno en cada estructura que conforma nuestra sociedad y reforzarla para que nuestra sociedad sea cada día más fuerte y desarrollada, lo único que conseguiremos es que esta cadena se corte interminablemente y que cada día que pasa vivamos con un mayor nivel de insatisfacción e infelicidad. Tenemos el deber imperativo y moral de reconocer a cada uno de los roles sociales como importantes para nuestra estrcutura social, defenderlos, exigirles y engrandecerlos.

Cambiemos Chile. Es un llamado a todos.